Me duele una muela. No es que esté esperando tener la cara desfigurada para visitar al amigo dentista. Sé la razón y la detesto, bruxismo. Horrible flagelo que afecta a los ansiosos y tensos como yo. Cada noche mascullo mis iras vividas cada día. Y cada día prometo omitir y respirar hondo, observar con condescendencia las recurrentes frustraciones y embelesarme con las cotidianeidades bellas... Todas las noches intento pensar que todo está bien y que mi vida es hermosa. Todas las mañanas con ese horrible dolor...
Pero no hablaré del bruxismo ni de su antiestético tratamiento (más antiestético que el mal? no lo sé...) Y sí, no quiero dormir como una boxeadora. A las finales perderé mi dentadura asimismo como carcomo mis órganos interiores dado mi alto desarrollo concupiscente. La oxidación es un proceso lento e inevitable...
Y si nuestro ministro nos invita a apretar los dientes por las carentes contingencias no me queda más que acatar los dichos de la autoridad. Como siempre acatar. Acatar y subsistir. Trabajando. Pues qué otra forma de soslayar las alzas, las usuras, las injusticias sino es trabajando? Soslayar la injusticia avalándola, esa es la lógica del sistema. Callad, que aquella fue mi opción. Pues sí, hay que ser infeliz en algún sentido. O era feliz con lo que hacía e infeliz con el resultado a fin de mes o es esto. Comed las palabras y sigamos apretando los dientes. Tal vez un día de estos nazca un porotito en mi cuello como el de Homero. Eso sí sería antiestético, no?
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1 comentario:
holii aqui pasando a saludar ya que tengo un nueo blog.
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