Ni... no, eso no. Deudas sin pagar veo día tras día en mi quehacer laboral.
Volví a mi querido blog, con más abulia cotidiana que nunca y más kilos aún que antaño. De hecho mi foto de perfil parece ser otra persona. Bueno, si Elvis y Alvaro Henríquez pudieron por qué yo no.
La vida cambió luego de aquel traumático examen. En un principio para bien, aunque actualmente no sé si es peor la angustia por un hipotético mal futuro, pero conocido (situación pre-examen) a la incertidumbre acerca de qué hacer y cómo se vienen las cosas, el estado actual.
En fin, volved a la opinología!
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